España celebra otro título: No hay 2 sin 3 |
Porque España jugó su mejor partido en el torneo en el mejor momento y ante el mejor rival: en la final y ante Italia, a la que no vencíamos en partido oficial desde 1920 en Amberes. Ayer 4-0. Y lo de menos, una vez más para este grupo de héroes humildes y sencillos, fue el resultado. Lo mejor: volvimos a realizar ese fútbol tan temido como admirado en el resto de Europa y del mundo.
Vicente Del Bosque: el líder silencioso |
El dominio fue claro, nítido, aplastante. Casi insolente. España lo sabía para su regocijo. Italia, para su desgracia, también. Xavi, Iniesta, Alonso, Cesc y Silva se hicieron con el balón y no lo soltaron ni para ir al servicio. En momentos de cansancio, los nuestros descansaron con el balón. Incluso en un cuarto de hora mediada la primera mitad en la que Italia quiso pero no pudo. Cassano fue sustituido al descanso, cansado. Ballotelli, aburrido de no tener nadie con quien pelearse.
Un equipo de leyenda |
A la vuelta de vestuarios, Prandelli metió a Di Natale al campo (el único que ha conseguido perforar la portería de Iker Casillas en todo el campeonato) para buscar más profundidad. Entró por Cassano, que no está gordo pero que jugó como si lo estuviera: lento, poco participativo, egoísta y alejado de su zona de influencia. ése y la presión escalonada sobre Pirlo fueron los grandes triunfos tácticos de Del Bosque, junto a la salida de inicio de Cesc de falso 9, que en realidad no lo es tanto. Uno a uno, el técnico salmantino ha ido eliminando a todos sus detractores de la única forma que conoce: con serenidad sosiego y paciencia.
Pese a su superioridad y las desgracias en forma de lesiones en Italia de Chillini y Motta, la Roja siguió a lo suyo: jugando por dentro, buscando apoyos y desmarques sin balón constantes y siempre con profundidad para buscar aumentar la distancia en el marcador y respetando al que fue un dignísimo rival. Así, a falta de quince minutos Fernando Torres que entró por Cesc, marcó el tercero de la noche (y en su cuenta particular) aprovechando un pase trascendental de Xavi que dejó al de Móstoles sólo ante Buffon. Y fue el propio delantero del Chelsea quien le regaló el 4º a Mata que jugó sus únicos 5 minutos en el torneo demostrando que será uno de los líderes del futuro junto con Javi Martínez. Ambos nos representarán junto al resto de la Sub-21 en los JJOO. Anoche primó el fútbol, el respeto y el compañerismo en una selección que, como dijo Cruyfff, es "más que una selección: es un equipo". No hay 2 sin 3.
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