2012-07-02

El triunfo del fútbol



"El halago debilita". Ése es el primer mandamiento que repiten como un mantra los que están acostumbrados a ganar. También es uno de los preceptos básicos para mantener la humildad y el trabajo diario. A la postre, es lo que conduce al éxito. No obstante, cuando se hable de la Selección tendremos que sortear la barrera a la humildad que suponen todos los calificativos posibles para un equipo irrepetible. Para la mejor selección de la historia del fútbol. Anoche, los que desde el primer día nos abrazamos con deseo a este equipo, salimos más que satisfechos. Nos llenaron.

España celebra otro título: No hay 2 sin 3
Porque la Selección llegó virgen al matrimonio. Se guardó lo mejor de sí misma para el momento culminante. Se llegó a decir que aburría, que no tenía mordiente, que tenía el balón para defenderse, que no atacaba... Visionarios de barra de bar con demasiado alcohol en vena.
Porque España jugó su mejor partido en el torneo en el mejor momento y ante el mejor rival: en la final y ante Italia, a la que no vencíamos en partido oficial desde 1920 en Amberes. Ayer 4-0. Y lo de menos, una vez más para este grupo de héroes humildes y sencillos, fue el resultado.  Lo mejor: volvimos a realizar ese fútbol tan temido como admirado en el resto de Europa y del mundo.

Vicente Del Bosque: el líder silencioso
A los 10 minutos del inicio se vio que España se reconoció a sí misma. Combinación en la frontal del área Azzurra a un toque entre Silva, Ces y Xavi que culminó con tiro ligeramente desviado por encima del larguero del de Terrasa. Era la tercera llegada con peligro sobre la meta de Buffon. La siguiente sería el primer puñal en el corazón italiano. Pelota al espacio de Iniesta para Cesc que llega a la línea de fondo y que el de Arenys de Mar pone en la cabeza de Silva para que el mago de Arguineiguín adelantara a España. ¿Cuánto vale esa cabeza?
El dominio fue claro, nítido, aplastante. Casi insolente. España lo sabía para su regocijo. Italia, para su desgracia, también. Xavi, Iniesta, Alonso, Cesc y Silva se hicieron con el balón y no lo soltaron ni para ir al servicio. En momentos de cansancio, los nuestros descansaron con el balón. Incluso en un cuarto de hora mediada la primera mitad en la que Italia quiso pero no pudo. Cassano fue sustituido al descanso, cansado. Ballotelli, aburrido de no tener nadie con quien pelearse. 

Un equipo de leyenda
Antes, en el minuto 41 de la primera parte, España ya le había puesto la mitad de los clavos al ataúd italiano. Pelota de Jordi Alba para Xavi de primeras y carrera hacia la libertad del reciente fichaje azulgrana para que Hernández, el verdadero cerebro, le pusiera un balón al hueco que Alba no desperdició para hacer el 2-0. Buffon sólo pudo acompañar el gesto técnico con su esfuerzo inútil.

A la vuelta de vestuarios, Prandelli metió a Di Natale al campo (el único que ha conseguido perforar la portería de Iker Casillas en todo el campeonato) para buscar más profundidad. Entró por Cassano, que no está gordo pero que jugó como si lo estuviera: lento, poco participativo, egoísta y alejado de su zona de influencia. ése y la presión escalonada sobre Pirlo fueron los grandes triunfos tácticos de Del Bosque, junto a la salida de inicio de Cesc de falso 9, que en realidad no lo es tanto. Uno a uno, el técnico salmantino ha ido eliminando a todos sus detractores de la única forma que conoce: con serenidad sosiego y paciencia. 

Pese a su superioridad y las desgracias en forma de lesiones en Italia de Chillini y Motta, la Roja siguió a lo suyo: jugando por dentro, buscando apoyos y desmarques sin balón constantes y siempre con profundidad para buscar aumentar la distancia en el marcador y respetando al que fue un dignísimo rival.  Así, a falta de quince minutos Fernando Torres que entró por Cesc, marcó el tercero de la noche (y en su cuenta particular) aprovechando un pase trascendental de Xavi que dejó al de Móstoles sólo ante Buffon. Y fue el propio delantero del Chelsea quien le regaló el 4º a Mata que jugó sus únicos 5 minutos en el torneo demostrando que será uno de los líderes del futuro junto con Javi Martínez. Ambos nos representarán junto al resto de la Sub-21 en los JJOO. Anoche primó el fútbol, el respeto y el compañerismo en una selección que, como dijo Cruyfff, es "más que una selección: es un equipo". No hay 2 sin 3.





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