Ayer se estrenaba en Antena 3 una nueva sería, Toledo. Parece que la ciudad imperial se ha puesto de moda. Entre las expectativas que está creando el alcalde de la capital castellano manchega, Don Emiliano García Page, nombre que suena para suceder la grave crisis por la que está pasando el PSOE y la citada serie, Toledo vuelve a estar en las conversaciones y chascarrillos, incluso ha sido hashtag en Twitter. Ni más ni menos. Quién nos iba a decir a los toledanos que fuéramos el centro de la actualidad.
De García Page pienso hablar, pero en otro momento. Hoy toca centrarse en la serie de ficción basada en la historia, con mayúsculas, de Toledo en épocas de Alonso X el Sabio, aunque por algunos momentos pensaba que se estaba hablando de Felipe II, no en el aspecto, sino en la manera de actuar. Dicho papel lo desempeña un veterano Juan Diego, al que cuesta reconocer a simple vista. Pero actor que destaca no es por sus dotes profesionales, con la cara bonita de la serie, Maxi Iglesias. Quien le haya visto en “Físico o Química” ya se lo imagina. Solo cambia el vestuario, porque sigue interpretando igual de mal, algo penoso, solo válido para siete adolescentes huecas por dentro y chorreantes por fuera.
Cartel promocional de la serie Toledo. Cruce de destinos
Si hay un personaje que me ha gustado es Rodrigo, interpretado por Eduardo Farelo. Es quien se erige, poco a poco, como el eje central del capítulo vivido ayer. No sabemos si seguirá siendo en las próximas entregas, pero todo indica a que sí. Fue quien protagonizó el único momento de tensión, si se puede calificar así, cuando mata a su amigo por obligación. Es decir, que de acción, nada de nada. Solo diálogos perezosos y los tópicos de toda la vida. La envidia, hijos que no quieren a sus padres, cuernos, bonitos desnudos de bellas mujeres, la codicia por el poder… son las cosas que nos encontramos en la serie pero de mala manera, sin convencer. Ni siquiera se han preocupado en meter a un personaje desenfadado, gracioso, estilo Satur de Águila Roja.
Sinceramente, pensaba que Toledo iba a cumplir con las expectativas que se habían creado en mi interior, viendo que Hispania si me atrajo cuando la vi por primera vez. Pero solo ha sido una ilusión que ha finalizado cuando ayer los cristianos se convirtieron en los buenos y los moros en los malos, la misma cantinela giligrogre instaurada en este país desde hace décadas. Es verdad que tuvo una audiencia aceptable, pero nada más. Solo el marco de la ciudad de las tres culturas, Toledo, merece la pena. Por lo demás, más de lo mismo.
Destacas mucho lo de los bonitos desnudos...joder pues el blog necesita visitas, marcate ahi unas fotos subidas
ResponderEliminarSobre la critica como no vi el cap , ni tengo muchas ganas de ello, pues tampoco puedo decir mucho. Pero es cierto ke se tiende mucho a idealizar a los moros en la literatura y cine español. Como sabemos tan poco de historia ,siempre se tiende a evocar la idea del Al-andalus, de la basta e inacabable cultura, cuando en realidad se trato de un periodo muy concreto y limitado, que quedo solapado por las posteriores invasiones del norte de Africa -almoravides y almoades-.
Las invasiones posteriores radicalizaron el islamismo en la peninsula, y empujaron a los cristianos al extremismo.
Me lo pensare lo de las fotos. Subir vosotros entradas, que tampoco se tarda mucho.
ResponderEliminarNo se si será porque soy un apasionado de Toledo y su historia, pero estaba totalmente convencido de que la serie me iba a gustar. Nada más lejos de la realidad. No pierdas tu tiempo en verla. Es lamentable. Solo con ver a Maxi Iglesias ya dice mucho.
En cuanto a la historia, si alguien quiere saber algo de los islamistas en la Península Ibérica, que se lean "El Mozárabe", de Jesús Sánchez Adalid, donde te describe el esplendor de Al-Andalus, cuando Córdoba se convirtió en la capital del mundo.