Cada día, cientos de periodistas anónimos se juegan el tipo por contar lo que pasa. La historia del periodista colombiano Pedro Cárdenas es ejemplar: por seguir publicando los vínculos entre políticos, empresarios y paramilitares en rudimentarias revistas que él mismo edita y publica, fue secuestrado en dos ocasiones, y apaleado en una ocasión. Además, su hijo sobrevivió al estallido de un coche bomba. En Portada dedicó a Cárdenas un programa sobre los peligros del oficio de informar. Murió, de muerte natural, poco antes de que fuera publicado.
Ésta es su historia. Merece la pena conocerla.
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