“No vendas la piel del
oso antes de cazarla”. El sabio refranero español no suele equivocarse. Todos,
desde los más optimistas que firmaban una final de la Champions entre los dos
equipos españoles, a los más recatados que solo apostaban por uno de los dos,
pensaban que, o el equipo culé, o el merengue, iban a ganar la competición
europea futbolística por excelencia. Pero las cosas se han torcido, y al final
veremos a ingleses y alemanes disputarse tal preciado partido para subir a la
gloria.
Sinceramente, no
esperábamos tal desenlace, y más, viendo estos dos partidos vividos el martes y
miércoles. Barcelona y Real Madrid encarrilaban su pase a la final con goles.
Dos a cero ganaban, pero antes del descanso, Chelsea y Bayer sumaban en el
resultado. Sobretodo los madridistas, con la moral subida tras ganar el último
clásico el sábado pasado y dejar prácticamente sentenciada la liga. Pero este
partido, seguramente, ha tenido mucho que ver. Espero que ambos clubes se
pronuncien y pidan responsabilidades, pues no se puede disputar un
Barcelona-Real Madrid entre las semifinales de Champions, jugándose una liga y
produciendo una auténtica tortura física y mental a los jugadores. Así no se
puede disfrutar del buen fútbol. Si el golfo de Villar tiene algo que ver,
flaco favor ha hecho a su equipo.
Gol de Torres que acababa con las esperanzas del Barcelona de pasar a la final. |
¿Y ahora qué? Somos
muchos los que nos preguntamos qué va a pasar con los dos mejores equipos del
universo, como califica Mou al Barcelona de forma indirecta. ¿Quién sale más
perjudicado? ¿El equipo catalán? ¿Los de Chamartín? Seguramente, para la afición,
los madridistas salgan más frustrados. Hemos tenido tan cerca el ver como
nuestro equipo, sí, nuestro equipo porque me reconozco madridista y no lo puede,
ni quiero, esconderlo; celebraba la
décima. De ver como Casillas levantaba la Copa de copas. De ver como el
madridismo se concentraba con la Diosa Cibeles para celebrar la victoria. De
ver como el orgullo vikingo victorioso corre a raudales por la Castellana. De
ver tantas cosas satisfactorias que, en la tanda de penaltis, tras jugar una
eliminatoria de más de 210 minutos, el sueño se esfumaba en una lotería, y con
un juego no tan brillante como se esperaba. Sin embargo, el barcelonismo lleva
sus años más buenos de toda su historia. Por eso, seguramente, la ovación en el
Camp Nou el martes fue más cerrada que la de ayer en el Santiago Bernabéu. Con
esto no quiero decir que el madridismo este dividido o descontento, ni mucho
menos, pero lo hemos tenido más próximo y en el último suspiro se nos ha
escapado una ocasión única, y esto, entrando dentro de la lógica, duele mucho.
Con el equipo pasa lo
contrario. Para empezar, Guardiola y su renovación, que roza lo patético.
Todavía no sabemos qué ocurrirá. Los medios publican una oferta de la selección
inglesa. Hoy se ha reunido con Rosell y seguramente mañana haga público su futuro.
Si el año pasado se hubiera ido, lo hubiera hecho como un señor. No creo que
este sin vivir para su afición sea lo más correcto, como sus formas para
continuar o dejar el club. Y más, cuando hay numerosas alertas que reflejan
problemas en el vestuario culé. Piqué con el entrenador. Messi y el poder que
tiene excesivo para ser un jugador. Las lesiones. Son una serie de cúmulos que
perjudican al equipo. Si Guardiola se va este año, con total probabilidad se
podrá hablar de fin de ciclo de un Barcelona histórico y único, ya que no habrá
esa continuidad que se necesita a tan alto nivel. Pero el Real Madrid goza,
dentro de esta amarga derrota, como dice mi amigo Mozo Cobo, de un buen
momento. Mourinho ha comunicado que se queda. La plantilla está unida. La liga
es blanca, salvo que ocurra una catástrofe, ganándola al mejor equipo del
mundo. Son datos positivos, aunque siempre hay personas empeñadas en anteponer
sus intereses personales a los del club.
Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles ante una afición entregada al equipo. |
Este fin de semana
veremos a quién ha pasado más factura esta eliminatoria de la Champions. Sí la
decisión de Guardiola perjudica o no. Sí Messi vuelve a salvar a su equipo. Si
los madridistas han pasado página por lo vivido anoche. Seguramente los
jugadores de ambos equipos muestren su cansancio, pero los dos necesitan ganar.
El Real Madrid para asegurar la liga. El Barcelona porque lleva tres partidos
seguidos sin hacerlo. Y ambos porque la afición se lo merece con su apoyo
incondicional a sus colores, rebosando orgullo y casta por dónde juega su
equipo. ¡Visca el Barça! y ¡Hala Madrid! Porque los dos se lo han merecido.
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