2012-04-27

Hasta siempre Pep



Cuando hace 4 años un imberbe Pep Guardiola firmaba como técnico del F.C.Barcelona sustituyendo en el cargo al deprimido Frank Rijkaard, nada hacía presagiar los éxitos que acompañarían al de Santpedor al frente de la nave blaugrana.
Tras dos años de decepciones constantes con el holandés en el banquillo, con la mal llamada auto-gestión, que acabó en los excesos nocturnos de Eto´o, Deco y Ronaldinho (los dos últimos acabaron fuera del club al finalizar esa temporada) los culés daban un volantazo de 180º. A partir de ese momento cogería las riendas un técnico cuya única experiencia previa fue entrenar durante una temporada al Barça B en Tercera División. La milonga de la experiencia necesaria para triunfar, se fue literalmente, a hacer puñetas.
Guardiola es manteado tras ganar 1 de sus 13 títulos con los culés

Pero el tiempo demostró que lo que parecía temeridad se convirtió en la mejor decisión que tomó el club blaugrana en toda su historia. Ya, desde el primer momento se observó que al joven técnico no le tembló el pulso para quitar de en medio todos los elementos desestabilizadores del vestuario culé. Nada más llegar dijo que no contaba con Eto´o, Deco ni Ronaldinho. Al final de esa temporada el único que se quedó fue el camerunés. Confió en el bloque nacional, de la casa, la cantera. ¡Qué bonita idea y qué difícil es ponerla en práctica! Sólo un loco se atrevería a hacer tamaña heroicidad. No dudó un instante Pep en entregarle las riendas del vestuario a los Xavi, Iniesta, Puyol...etc.
Además, realizó incorporaciones al primer equipo que pocos entendimos en su momento, pero que se tornaron en operaciones brillantes:: subió a dos chavales del filial que venían de jugar directamente en  tercera división: un tal Sergio Busquets y tal Pedro Rodríguez. Además, fichó, por la ridícula cantidad de 5 millones de euros al tercer central, que no tenía minutos, del Manchester United: un tal Gerard Piqué. El pipiolo Guardiola volvió a ganarle la partida al experimentadísimo Alex Ferguson. Tres incorporaciones sacadas, literalmente, de la manga del de Santpedor, con una filosofía que ha mantenido durante estos triunfales 4 años: lo que el equipo necesite, que lo busque en casa. Para las posiciones a reforzar, para eso está La Masía. ¿Ingenio? Coherencia, simplemente. En ocasiones, más difícil de lograr que el ingenio, no crean.
Pep celebrando el gol de Messi en su segunda Champions
Posteriormente, vendrían sus 13 títulos, que podrían ser 14 de vencer en la final de la Copa del Rey al Athletic de Bielsa, entre los que destacan 3 ligas, 2 Champions, 2 Mundiales de Clubes (los únicos en la historia del club) y demás. Pero eso, ¿qué quieren que les diga? es lo de menos. Si, han leído bien y yo aún estoy sobrio. Lo de menos son los títulos conquistados por el brillante técnico catalán.
Para los que siempre creímos que tan importante como la victoria final es el camino seguido hasta alcanzarla, el Barça de Guardiola es una oda al fútbol ofensivo, de ataque, de posesión de pelota, apoyos cortos y movimiento sin balón constantes. Es decir, arte. Y respeto por el espectáculo buscando jugar por dentro, con paredes, amagos y fintas y siempre con la pelota. Así se construyó uno de los mejores equipos de la historia del fútbol junto al Madrid de Di Stéfano, el Santos de Pelé, El Ajax de Cruyff, el Milán de Sacchi.
Soy plenamente consciente de que soy un romántico empedernido del fútbol. Me desagradan las malas formas y el ganar de cualquier manera, al igual que a un padre honrado no le daría igual que su hijo aprobara el curso copiando, sino estudiando y aprendiendo, a servidor le gusta que el fútbol premie el talento, el juego combinativo, y en el que todos se sienten partícipes. 
La Selección también saboreó las mieles con este estilo que nos define (nos definirá por siempre, deseo) desde la sub-16 a la absoluta: todos jugamos a lo mismo y una vez que sabemos a lo que queremos jugar se trata de trabajar para formar jugadores que se adapten a ese estilo. La Selección durante toda su historia fue el hazmerreír del fútbol internacional. En las eliminatorias (cuando pasaba la fase de grupos, que se lo digan a Clemente, si no) los Alemania, Francia, Italia, Inglaterra de turno sabían que si les tocaba enfrentarse a España, automáticamente, avanzaban una ronda más, ya fuera en Eurocopa o Mundial. Actualmente y desde hace cuatro años (casualmente desde que se adoptó el estilo del espectáculo futbolístico) nadie quiere ver a España ni en pintura. No es respeto a la Selección. Es pánico, futbolísticamente hablando, claro.
Pep levanta su segunda Champions
Por eso, los que abogamos por un cambio de rumbo en nuestro equipo hacia ese modelo no podemos si no darle las gracias a este señor que ha "reinventado el fútbol" tal y como dijo Xavi Hernández. Guardiola ha llegado a jugar la final del Mundial de Clubes (la antigua Intercontinental) sin delantero, pero con 7 centrocampistas.  Su rival no pudo hacer nada y acabó cayendo por 4-0. Nos ha demostrado a los románticos de esto, que no estamos solos. Bielsa ha implantado ese estilo en el Athletic de Bilbao con resultados inmejorables. Ahora, en la Catedral, se han cambiado los bostezos de la era Caparrós por los aplausos a rabiar del loco, que de loco tiene poco. 
Una de las plumas más prestigiosas de la profesión, Alfredo Relaño, sostiene esta misma tesis y asegura que siempre tendrá más mérito fabricar que destruir, dice que "siempre es más fácil romper una silla que hacerla". Que cualquier descerebrado puede arrancarle una pata a la silla y ésta ya está rota, pero que sólo un profesional puede tomarse el tiempo necesario para fabricarla. Pues eso. Por fin, parece, que el fútbol español ha optado por fabricar en lugar de destruir. Gracias a eso entre otras cosas, este país sabe lo que es levantar una Copa del Mundo y una Eurocopa, pero tan importante como estos triunfos fue la manera de conquistarlos, quizá incluso más. Por todo ello, no sólo los culés, sino todos los aficionados al fútbol deberían decirle una palabra al oído a Guardiola: Gracias.



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