Es la primera vez que
el candidato presidencial a la reelección es derrotado en la primera vuelta.
Sarkozy, la gran esperanza francesa cuando ganó hace cinco años, se ha diluido,
cumpliendo con la regla no escrita del castigo en las urnas a los presidentes
que están viviendo esta terrible crisis económica. Aunque el candidato
socialista le ha sacado un escaso punto de ventaja, parte de una posición muy
favorable de cara a la segunda vuelta.
Pero, el gran vencedor
de ayer ha sido el Frente Nacional, o mejor dicho, la extrema derecha. Marine
Le Pen ha conseguido unos resultados históricos para su partido, alcanzando el
18%, todo un éxito. Ni los más optimistas pensaban en estos datos. Según
informan, el electorado de la ultra derecha se ha nutrido de jóvenes
desencantados con la situación actual y de la clase obrera. Pero este
espectacular ascenso es para recapacitar, pues un partido con unas ideas tan claras
como algo peligrosas, sobretodo en algunos aspectos, deben de hacer reflexionar
al próximo presidente francés.
Le Pen con sus votantes tras conocer los buenos resultados cosechados |
Le Pen se ha convertido
en la tercera fuerza más votada, y su electorado en la llave para saber quien
se convertirá en el presidente de la República Francesa. Ahora veremos si los
socialistas y los populares piden abiertamente o disimuladamente el respaldo de
los ultraderechistas franceses. Observaremos si las palabras vertidas hacía
esta fuerza política, como racistas, xenófobos o enemigos de la libertad tornen
un carácter más amable e invirtiéndose el tono de los adjetivos por otros más
suaves, incluso de respaldo y elogio, aunque esto último lo dudo, pero peores
actos de cinismo se ha visto en política.
A parte de Sarkozy, el
otro gran derrotado en Melenchon. De la izquierda radical se esperaba más, pues
tan solo ha conseguido un 11%. Menos mal que este señor ha decepcionado, pues
combina ideas de Evo Morales y Hugo Chávez, esos grandes demócratas que han
llevado a sus pueblos a la gloria. Al igual ha ocurrido con el candidato
centrista, que no ha llegado ni al 10%.
El próximo 6 de mayo
saldremos de dudas. Veremos si esa derecha tan extrema ha cambiado para los
candidatos de cara a las elecciones o seguirán fiel a sus ideas que tanto han
defendido durante estos días, sin dejarse arrastras para conseguir un apoyo
mayor en las urnas. Le Pen ha dado libertad a sus votantes. Sarkozy ha retado a
tres debates con Hollande, pero el socialista esquiva con guante blanco un
duelo frontal contra Sarkozy. No sería la primera vez que un candidato pierde
las elecciones al final por rechazar un cara a cara con su opositor. Lo que sí
que veremos es que el próximo presidente de la república francesa lo será por
recompensa de buscar y conseguir el voto de la extrema derecha.
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