Vuelve el fútbol al Bernabéu

Dirán que soy más pesado que Falete en brazos. Pero uno que está cansado del mal llamado mediocentro defensivo y al que le encanta el fútbol desplegado por la Selección Española partido sí y partido también los últimos 4 años, celebra la posible vuelta de Esteban Granero al centro del campo madridista.
Entiendo que existan los Lass y Khedira de turno, no se crean. Gente sin ningún talento especial para el fútbol profesional, con un gran físico y buenos agentes que consiguen grandes contratos en equipos importantes y que parece que, con hacer varios kilómetros en los partidos, su misión está cumplida.

El pasado 10 de Febrero, las estadísticas indicaban que Xabi Alonso había recuperado casi el triple de balones (148) que Khedira (49) y más de el doble que el francés (60). Además, el tolosarra es la cabeza pensante merengue. El mariscal y la prolongación de Mourinho en el campo. La misión de destruir no le impide crear. Todas las acciones de su equipo deben pasar por la dirección de Xabi. 

Lo que ocurre es que, con el paso del tiempo, el fútbol (como todo en la vida) evoluciona y ya no les funciona a los equipos que quieren ser dominadores de los partidos, el tener un único "arquitecto". Y a algunos entrenadores les cuesta más entenderlo que otros. Alguno llegó a entrenar a la Selección Española en algún Mundial y Eurocopa y otro se postula como próximo entrenador de Inglaterra (o al menos para volver a la Premier en poco tiempo) No revelaremos sus identidades para no herir sensibilidades.

Pero el hecho es evidente. Cada vez que Xabi se siente como Gary Cooper en sólo ante el peligro ante todo el centro del campo del rival, el fútbol del equipo no fluye. y lo que es peor: el equipo se parte en un 4-2-4 que al conjunto blanco no le conviene. Houston, tenemos un problema. 

El contrario sabe que tapando a Xabi, el Madrid se atasca. ¿Solución? Barata, simple y para todos los públicos : Esteban Granero. Con el canterano madridista en el campo, no sólo el equipo contrario no puede taponar todo el fútbol de creación, sino que no puede evitar que el balón le llegue en las mejores condiciones a Ozil, Di María, Cristiano y Benzemá (o Higüaín).

 Dicho así, parece simple. Se trata de juntar el talento. ¿Lo entienden, verdad? Pues ahora explíquenselo a los amantes del mediocentro defensivo, del anti fútbol y, por ende, del anti espectáculo. Porque no hay que olvidar que el fútbol es un espectáculo y como tal hay  que vivirlo y desarrollarlo. Lo contrario es cargarse el espectáculo. ¿Ustedes entenderían que a un cuadro de Velázquez, digamos Las Meninas, llegara un iluminado y le diera un manchurrón de tinta? ¿o que al David de Miguel Ángel le cortaran una pierna, por ejemplo? Pues eso. Limitar el espectáculo, el fútbol en definitiva, es cortarle un brazo a este bello espectáculo. Aunque siempre quedarán (quedaremos, si me lo permiten) los románticos que defendamos ese concepto de fútbol. Dicen que a ese estilo le debemos una Eurocopa y nuestro único Mundial. Ya lo dijo Bécquer: "Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía".