Hoy a muerto Mohamed Merah. Lo ha matado la policía en el asalto a su casa. Un disparo en la cabeza. Había confesado el asesinato de 7 personas en las últimas semanas en Francia.
Estas son las frases que todos medios repiten y que son correctas. Sin embargo, veo en el sistema mediático español un desconocimiento absoluto de nuestro país vecino. No me quiero erigir como un experto en la sociedad francesa, ni mucho menos, a pesar de haber vivido allí 9 meses.
Lo primero que hay que dejar claro es que Merah era francés, de origen argelino, pero francés. Y por tanto europeo, como nosotros. Y es que se ha tendido en algunos foros de debate a ponerle un plus a esta noticia definiéndole como un peligroso argelino. Cuando esto es totalmente falso, es tan francés como el propio Sarkozy de quien, siguiendo la misma lógica de algunos medios, es húngaro.
El segundo detalle que hay que matizar en las informaciones que nos llegan es sobre sus motivaciones. Decir que era un integrista islámico que fue entrenado en Afganistán y en Pakistán por Al Qaeda es quedarse muy en la superficie del problema de este joven de 24 años. Quede claro de primeras, que no defenderé jamás a alguien que mate con la única justificación de limpieza étnica o religiosa. Pero hay que ser fieles a la verdad y por tanto, habría que ir más allá.
Francia es un país con un tejido racial y cosmopolita como pocos países en el mundo. Pero tiene un racismo latente que tiene mucho peligro. Francia, como potencia colonial en su momento, cuenta entre sus habitantes con muchos descendientes de argelinos (la guerra de Argel es una de las más sangrientas de la historia), marroquíes, marfileños, etc.
El problema surge cuando la que es ya la tercera generación, es decir, nietos de inmigrantes, aún sigue siendo tratada como inmigrantes, como franceses de segunda. Detrás de cada gran ciudad, hay varias "villes" al rededor convertidas en "guetos" de aquella población que además suele ser la más pobre y deprimida. Ya hace años que vemos como, de tiempo en tiempo, en lugares como Seine-Saint Denis (por cierto, donde yo vivía), Marsella, u otros lugares se suceden revueltas sociales, quemas de coches, cargas policiales. Es su manera de protestar contra el olvido.
Los jóvenes que ahora rondan la franja entre 18 y 25 años son ciudadanos franceses, creados en las "écoles elementaires" de la República, alumnos de los "lycées" cuyas entradas estan capitaneadas por banderas francesas. Tienen el "liberté egalité, fraternité" tatuado en la mente. Sin embargo ven que todo es hipocresía. Son ciudadanos de segunda a la hora de solicitar un empleo, de denunciar algo, de ser como cualquier otro ciudadano francés.
Este es el caso de Mohamed Merah, un joven que aunque creció en los ideales de la república francesa, vio como la marginación y la xenofobia de algunos sectores eran como un muro infranqueable. Este estado de ánimo es perfecto para que algunos aprovechados le utilicen y le laven el cerebro para cometer sus crímenes. Ya sean árabes, o de cualquier religión o ideología.
Si Francia y Europa pasan por encima de este caso sin entonar un "mea culpa" será de nuevo una derrota de la cultura europea. Desgraciadamente, habrá más casos como el de Merah, y seguirémonos quedándonos en que era un integrista islámico. Una lástima.
A lo mejor meto la pata porque tu sabes mucho más que un servidor sobre Francia. Seguramente tengas mucha razón en lo que dices, pero responsabilizar a occidente de esta barbarie no es el mejor camino. Seguramente el país vecino no sepa actuar de forma perfecta ante la inmigración, pero todo en exceso es malo. Habría que preguntarse cuantos inmigrantes de origen árabe quiere integrarse, y cuantos si.
ResponderEliminarCon respecto al tratamiento de los medios, en España algunos ha sido bochornoso. En una tertulia escuchaba como culpaban a Sarkozy de los asesinatos, como si el presidente francés hubiera apretado el gatillo. Lo que si que es verdad que este enfermo mental ha estado en Afganistán y en Pakistán, por eso su conexión con Al Qaeda.
Ojo, en ningun momento le quito responsabilidad al integrismo islámico. Destaco la palabra integrismo.
EliminarMi opinión va enfocada hacia algo que no pensamos pero que tiene repercusión. Un ser que sea un apartado social, un marginado, etc. Es un caldo de cultivo muy útil para que los energúmenos de grupos como Al Qaeda (o el grupo terrorista que se precie) para lavarle el cerebro y hacer que haga lo que ellos quieren.
Occidente no ha apretado el gatillo, eso está claro, pero quitarnos responsabilida sería rozar la hipocresía.
Por cierto, opinar nunca es meter la pata. Es cierto que el caso francés lo conozco más, sbre todo por que he vivido en uno de esos quartier-chauds (barrios calientes, como ellos mismos los llaman) y la realidad que ves allí es otra distinta a la que ves en París ciudad, por ejemplo. Pero siempre eres libre de opinar, por supuesto
Una de las cosas que más me llama la atención es que, cuando nos encontramos en este tipo de casos, al principio acusamos a los nazis, luego se rectifica y son otros. Si el asesino es un morito o árabe, occidente ya tiene algo de culpa por la integración. Sin embargo, si el asesino es de extrema derecha, la culpa es ideológica y nos olvidamos de la integración.
ResponderEliminarEs curiosa esta doble vara de medir.