Marcos Senna celebra su gol de falta que empataba el partido |
De entrada, el portugués saltó al Madrigal con un trivote en mediocampo compuesto por Lass-Xabi-Khedira. No insistiré más en la inoperancia del francés y del germano para crear fútbol para no resultar reiterativo. Lo peor para los blancos es que empieza a notarse el cansancio excesivo a Xabi Alonso. Es el único jugador sin sustituto natural y su equipo lo acusa. Le vendrá bien no jugar la ida de Champions contra el Appoel. No tanto a su equipo que sin el tolosarra juega sin el faro que dirige la luz hacia donde más conviene. Pero ya de entrada el hecho de salir con 3 medios de corte defensivo (Xabi hace las dos cosas: robar y distribuir) denota miedo. Lo vieron los jugadores del Villarreal y lo que fue peor para los blancos: los jugadores se percataron del miedo de su entrenador. Y se contagiaron, claro.
Mourinho aplaude irónicamente al árbitro: acabó expulsado |
Mourinho dándose cuenta del nefasto planteamiento inicial, recompuso el equipo. Sacó al francés del campo en el minuto 25 (ya tenía una amarilla el galo, por cierto) y metió a Callejón, en busca de una mayor profundidad. El esforzado canterano se lesionó tras un alevoso pisotón de Bruno que el colegiado ni si quiera sancionó. Pero el equipo mejoró algo el tono general: ya jugaba en campo del Villarreal, e incluso tuvo 3 acciones de peligro. uan falta escorada que atrapó bien Diego López, un tiro de Benzemá que salió desviado y un remate de cabeza de Pepe que sacó Zapata bajo palos.
Cristiano haciendo el gesto de robar |
Tras el descanso, los blancos salieron sin Callejón. En su lugar entró Altintop, un hombre que ha vivido en el ostracismo esta temporada pero que fue titular en la ida de Copa del Rey contra el Barça y ayer volvió a contar para Mourinho. Hay cosas del entrenador portugués que sigo sin comprender. Como tampoco la obsesión de recluir a Ozil en una banda, ya no apra meter en la media punta a Kaká, sino para poner el famoso trivote.
Pero en estas que Cristiano que, este año sí se está erigiendo en el líder del equipo en el campo, decidió que ya estaba bien la broma. Agarró el balón en su banda, avanzó unos metros y buscó un amigo con quien asociarse. ¿A quién encontró? ¿Con quién jugó cuando se vio rodeado de amarillos?¿Con Khedira? ¿Con Lass? No, si quería que de la jugada saliera algo productivo. Buscó a Ozil cuyo segundo apellido debería ser calidad, visión de juego, técnica o algo similar. Cristiano le cedió el balón que el alemán le devolvió en forma de regalo. Como es detallista, el alemán, además le puso el lazito con un Felicidades Cristiano. El alemán, sin girarse, sin tomarse ni un respiro le devolvió la pared de tacón en jugada de clase magistral. Min.62 y los blancos por delante. Demasiado tiempo para caminar sobre el alambre. Al final, el funambulista miedoso, acabó por caer.
Tras unos minutos en los que no pasó absolutamente nada el Villarreal se estiró merced a los cambios de Lotina: De Guzmán y Camuñas al campo. Así, en un balón dividido en la frontal del área merengue Altintop en pugna con Camuñas rebañó el balón y el colegiado Paradas Romero (cuya actuación analizaré en un post aparte, es lo que tiene equivocarse tanto en tan poco tiempo) pitó juego peligroso. Minuto 82 y Marcos Senna al lanzamiento. Peligro. Falta al palo del portero y Casillas que esta vez si puede hacer algo más, pero tampoco en esta ocasión logra salvar a su equipo. Después sobrevino toda la tángana posterior: Ramos expulsado por doble amarilla, Ozil también por aplaudir una decisión del colegiado, Mourinho y Rui Faría también camino de las duchas antes de tiempo, al igual que Pepe en los vestuarios por insultos y el Madrid que se deja otros dos puntos en su lucha por intentar escapar del Barça. Septimana horribilis para los blancos. La liga está más viva que nunca aunque algunos no quieran reconocerlo.
Por no hablar de la espantada de Mou y Karanka que no se dignaron ni a aparecer por la sala de prensa hundiendo un poco más la imagen del equipo blanco bastante deteriorada, en especial en el último año y medio. Los blancos han entrado en u estado de crispación que recuerda al desvanecimiento que sufrió el Madrid de Queiroz hace 8 años. Al ex ayudante de Ferguson se le fue la situación de las manos. No tenía carácter. A Mourinho no parece que vaya a pasarle eso, pero con sus actuaciones viscerales descentra a los suyos. Los envuelve en una vorágine autodestructiva que no les reporta nada bueno. A lo mejor es el momento de lo que Rijkaaard llamó autogestión: momento de que los jugadores se liberen de las ataduras de su técnico y sean ellos mismos, tanto en el césped como fuera de él. Pero en la casa blanca alguien debe parar ese desquiciamiento generalizado que parece haberse instalado ahora mismo. Y pasado mañana la Real llega a Chamartín a pescar en río revuelto. Pintan bastos.
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