Lecciones en el campo de juego

Idiota, loco, malo, agresivo, gitano… Estos piropos son los que hoy nos encontramos en la prensa y en las redes sociales hacia una persona. Incluso, ayer en Twitter se podía leer #PepeAsesino. Ya no hace falta que diga su nombre. El malvado del clásico de ayer. El indefendible y “locuras”, Pepe. Y todo, por pisar de forma intencionada y descaradamente a Messi, cuando estaba en el suelo porque le habrían rozado, ya que este jugador, como norma en toda la plantilla del Barcelona, tiende a caerse. No sabemos si es por debilidad cuando hay contacto en el campo de juego con algún jugador del contrincante, o sencillamente, es una táctica.

Casi siempre he defendido a Pepe. Creo que es un buen jugador. Pero ayer sobrepaso la barrera entre el bien y el mal. Vale que son humanos, que en los partidos se acumula mucha tensión, y más si vas perdiendo. Pero el pisotón a Messi es una verdadera vergüenza. Debería de caerle algún partido de sanción, y no solo por el propio pisotón, sino por no disimular. Este grave hecho es igual de comparable cuando Fabregas, chulo y prepotente por antonomasia, le dio una coz al propio Pepe. Pero esto no se dice, ni se habla, ni se comenta, ni nada de nada. ¿Por qué? Porque es inteligente y sabe muy bien a quien hacérselo, a un “torito” en el campo que necesita poco para entrar en el juego, y de forma sutil, además de efectiva.

Pisotón de Pepe a Messi en la mano cuando el argentino estaba sentado en el suelo

No pretendo lavar la imagen de Pepe porque es más difícil que pasar esta eliminatoria. Pero no voy a permitir que se denigre a un solo jugador sin ver a los demás. No es de recibo que, los mismos que protestan airosamente cualquier entrada del rival, sea falta o no, como si se les hubiese pegado una puñalada, vengan ahora de buenos chicos, como si no hubiesen roto un plato en su vida. Pepe pegó un pisotón a la indefensa mano del pobre Messi, pero éste en la temporada pasada dio un pelotazo a la grada del Bernabeu, y esa vez no salieron los medios de comunicación pidiendo la cabeza del jugador. Si en España hubiese pena de muerte, un pelotón de fusilamiento hubiera ido esta mañana a la casa del jugador merengue para darle su merecido al alba.

Puede ser que mi gran pasión por el Real Madrid me este nublando la vista. Nunca he renegado de mis colores, ni lo pienso hacer, por muchos clásicos que se hayan perdido en estos últimos años. Pero es vergonzoso la cantidad de voces que critican a Mourinho y sus jugadores. Al entrenador luso se le podrá acusar de muchas cosas, pero de probar y cambiar, no. Seguimos sin dar con la tecla para ganar a nuestro gran y digno rival. No pasa nada, a la próxima ocasión se intenta y ya está. No son excusas desesperadas, pero colgar a un equipo que va primero en la liga, sacando cinco puntos al Barcelona, por un partido, no lo veo lógico, y menos, querer echar a un entrenador, que en su primer año en el banquillo, nos ha dado un trofeo que no se ganaba en más de una década. Y menos, voy a aguantar los insultos de todas partes, porque el madridismo y el Real Madrid no tenemos que soportar lecciones de comportamiento ejemplar en el campo de juego, y menos del Barcelona. La mejor lección de fútbol, la propia historia del Real Madrid.