2011-12-25

El imprescindible eufemismo de ETA



Cuando algún miembro del PNV o de la izquierda abertzale se refiere al conflicto político vasco, lo hace con la impostada solemnidad de quien quiere trascender la imagen decimonónica de un pueblo sometido por el despiadado invasor. Su intencionada gravedad ha terminado por apuntalar como ciertos muchos de los supuestos generalizados sobre el nacionalismo vasco. Así, no resulta difícil toparse con declaraciones como las que efectuó Juan José Ibarretxe hace algunos años abogando por terminar con un conflicto armado que ya se prolonga -según sus cuentas- en más de 160 años, una guerra perpetua. La pregunta que anticipa su error es ¿están hablando de años terrestres?

Al tratar de sostener la mitología trazada por el fundador del PNV Sabino Arana, a principios del siglo XX, salen a relucir las imposibles filigranas históricas que por momentos se atreven a convertir a los carlistas en incondicionales nacionalistas, o a proclamar el relato de una raza incorrupta desde tiempos romanos. Tal vorágine de ficción alcanzó incluso a solapar la clásica bandera del Señorío de Vizcaya por la Ikurriña actual confeccionada por los hermanos Arana en un alarde de oportunismo.

Sabino Arana, combatiente carlista antes de insigne independentista, impulsó a emplazar el nacionalismo vasco entre las proclamas del movimiento carlista, sin dejar lugar a los matices. Si bien el carlismo - nacido a raíz de una guerra de sucesión real- hacia suya la defensa de los fueros, la razón era más de posicionamiento con los viejos sistemas conservadores, que por una convicción ideológica. Es por ello algo enrevesado marcar las guerras carlistas como detonantes de lo que se ha venido a llamar conflicto, en todo caso podría ser considerado germen de los futuros movimientos regionalistas.

De igual forma, la pretensión de elevarse a la estima del conflicto irlandés, que desde tiempos medievales lleva combatiendo al vecino insaciable, es realmente ofensiva para con el pueblo irlandés que padeció durante siglos abusos y hambrunas promovidos desde la corona inglesa –lo que ni mucho menos justifica las acciones del IRA-. Al contrario, en el País Vasco siempre se ha gozado de un nivel de vida similar al del resto de España; sino en ocasiones, véase la actualidad, mayor debido al superior desarrollo industrial.

El señorío de Vizcaya incorporado definitivamente a la corona de Castilla en 1370 , a pesar de conservar un régimen especial recogido en sus fueros, era considerada una tierra castellana de pleno derecho, hasta el punto de que sus militares en especial y sus marineros en concreto eran tenidos en altísima estima entre las tropas castellanas. En los famosos Tercios castellanos del siglo XVI, si bien era raro contar con soldados de origen aragonés o catalán; los vascos eran tan numerosos que formaban compañías propias que según las crónicas antes de la batalla gritaban sin disimulo: ¡Santiago! ¡Ekin, ekin! ¡Cierra España!

En lo referente a la raza incorrupta, en esta España salpicada por tantas civilizaciones y tantas guerras resultaría inconsciente, pretencioso e incluso racista liarse a exaltar sangres que a estas alturas la banda terrorista ETA ya se encargo de esparcir sin distinción.

Con estas y otras tantas precisiones históricas, la labor de mantener el discurso decimonónico y victimista se antojaría demasiado caro en cualquier país que no vapuleara su historia hasta el desmayo. En España se consiente que una banda terrorista que lleva ya 50 años atormentando al país, se acabe por refugiar en el solemne y rimbombante término de conflicto político vasco, al que a la mínima se aprovecha para poblar de canas que disimulen sus calvas.
Tradicional escudo del Señorío de Vizcaya (1072-1876)

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo casi punto por punto con lo que has escrito. La primera vez que oí hablar de Sabino Arana fue en segundo de bachillerato, a Rafa, mi profesor de Historia, y se me quedó grabado por el enorme mosqueo que había en su voz

    Rafa, que era más anarquista que Durruti, no podía tragar a un fulano que hacía que, en comparación, Franco pareciera un liberado sindical de la UGT, y cuyo sueño erótico era que el País Vasco volviera a la Edad Media. Despues de leer tu artículo he buscado mis apuntes de entonces. Copio una parte (lo que está entre comillas son palabras textuales de Sabino Arana)

    «Según Arana, los enemigos españoles (los "maketos" o "moros")habían "invadido y esclavizado" a la patria vasca". Para él, "el matrimonio entre vascos y españoles" era "insultante".

    Por otro lado, su idea del Estado vasco era "un estado teocrático al servicio de Dios, sin contaminar por el castellano, por el progreso industrial capitalista y por las nefastas ideas modernas como el liberalismo o el socialismo". Además, Sabino Arana detestaba las ciudades».

    Por supuesto, de tal palo salió tal astilla. En 1930, ya muerto, enterrado y agusanado Sabino Arana, sus seguidores establecieron en el Acta de Vergara los principios del PNV. Entre ellos, destaca "el robustecimiento de la raza vasca".

    Al año siguiente, prepararon un proyecto de autonomía que excluía el sufragio universal y pretendía retirar el derecho de voto a todos los inmigrantes con menos de diez años de residencia en las tres provincias vascas".

    Para quién no me crea, que eche un vistazo a la recopilación de frases de Sabino Arana en su periódico "Bizkaitarra", que pone la fuente de cada una. http://cierzo.blogia.com/2003/111701-sabino-arana-sus-perlas.php

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  2. Me alegra que te gustara el articulo, aunque leyendo tu comentario casi me gusta más, esa diseccion de la ideologia del que ahora llaman el Tolkien Vasco xDDD

    Tenia pensado meter más al respecto de Arana, pero como me extendi demasiado quise ir abreviando. Por ello te agrezco los apuntes de tu profesor

    Por cierto otra cosa que Arana pretendia era que una vez independizada la region, se estableciera un especie de régimen de apartheid para los españoles que se quedaran

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