Faltan pocas horas para
cerrar las campañas electorales de Asturias y Andalucía. Por el norte las cosas
han estado más tranquilas, pero en el sur es diferente. Estamos ante unas
elecciones históricas, donde el PP puede ganar por primera vez desde que
tenemos democracia en tierras andaluzas, el auténtico búnker del voto
socialista, donde nos encontramos de que son capaces de hacer si unas personas
gobiernan durante tantos años en el mismo lugar.
En estos días hemos
oído de todo. Desde un Arenas tranquilo, yendo de en pueblo en pueblo
defendiendo el cambio con voz serena, sabiendo que tiene muy cerca convertirse
en presidente, a un Griñán y compañía nerviosos, conscientes de que esta es un
prueba de fuego para no hundirse del todo. Otra vez hemos visto a los
portadores del miedo como asustan a la población con el viejo lema, “que viene
la extrema derecha”. Que si Valenciano diciendo que las mujeres peligran si el
PP gana, toda una barbaridad pues solo hay que ver los gobiernos populares y la
cantidad de mujeres que hay, incluso tres son presidentas de comunidad
autónoma, como Rudi en Aragón, Cospedal en Castilla la Mancha y Aguirre en
Madrid. Que si Chaves alertando de que la democracia está en peligro si los
populares consiguen una mayoría absoluta. Manda huevos que lo diga un tiparraco
que ha gobernado Andalucía durante diecinueve años, algo inaudito, haciendo y
deshaciendo a su antojo.
Sin embargo, el Partido
Popular lo tenía más fácil. Solo con decir un par de datos es suficiente,
aparte de hablar de los múltiples escándalos de corrupción. Hoy Arenas lo ha
afirmado en una entrevista que le ha realizado Carlos Herrera. Según el
aspirante popular, Andalucía ha recortado en estos últimos años seis mil
millones de euros en educación, sanidad y políticas sociales en manos de los
socialistas. Andalucía cuenta con cuarenta mil móviles y ciento veinte mil líneas
telefónicas de la administración en manos de los socialistas. Andalucía tiene
menos hospitales públicos que Cataluña con una población superior a un millón. El
País Vasco invierte por cada niño diez mil euros para su educación mientras que
la Andalucía socialista la mitad, cinco mil euros. Con el escándalo de los EREs
falsos, los socialistas han robado más de mil millones de euros. Guerrero,
quien fue consejero de trabajo de la junta durante nueve años, se gastaba el
dinero de los parados en cocaína y prostitutas, junto con su chófer y amigos.
Andalucía es la región española con más paro. Es una de las comunidades con
mayor fracaso escolar. No creo que puedan estar muy orgullosos de esta herencia
desastrosa.
No creo que haga falta
sumar más motivos a esta lista negra, a los logros de un PSOE altamente dañino
para los ciudadanos que no son de carnet y se vean favorecidos por sus
corruptelas. Por eso, los andaluces tienen una oportunidad de oro para poner a
cada uno en su sitio. Para castigar a una panda de modernos bandoleros de coche
oficial que han abusado de su poder con el único fin de llenarse los bolsillos
y favorecer a sus amigos. Para dar la oportunidad a un partido que tiene el
deber y la obligación de colocar a Andalucía en el puesto que le corresponde,
como pilar económico y cultural de España, y no como una de las regiones más
pobres por el saqueo del dinero público de un PSOE enfermo por la codicia. Por
el cambio en Andalucía, porque los propios andaluces se merecen lo mejor.
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