Por fin lo han anunciado. Ya estaban tardando en comunicar sus intenciones en salir a la calle. No podían resistir más encerrados mientras Marian Rajoy lleva unas semanas como presidente de España y su mujer, Elvira, se haya acomodado en la Moncloa, incluso le habrá dado tiempo en cambiar las cortinas y mover los sillones de lugar, para darle otro estilo al salón. Es la hora de salir al asfalto y gritar, pancarta en mano, lo mala que es la derecha cuando está en el poder. Es el momento de vociferar a los cuatro vientos los derechos de los ciudadanos, de exigir una sanidad y educación pública, una justicia independiente y un trabajo digno. El 29 de marzo, gracias a los sindicatos, o mejor dicho, a UGT y CC OO, porque estos de sindicatos y defensores de los trabajadores tienen muy poco, si no es nada, habrá una huelga general. Todo lo contrario a la pantomima organizada contra Zapatero en septiembre de 2010.
Lo peor de todo, no es esta huelga general anunciada hoy, sino las pretensiones de estos individuos para este domingo. En una fecha tan señalada, donde el dolor de los españoles en general, y de las víctimas en particular, aflora en nuestros corazones, no tienen otra cosa que hacer Cándido Méndez y su fiel escudero que salir a la calle. Y lo dicen tan tranquilos. ¿Estos golfos no se les cae la cara de vergüenza por tomar los espacios públicos para hacer política en el 11 de marzo, aniversario de los peores atentados sufridos en este país? Y encima, van de listos, exigiendo su derecho a la libertad de expresión, y en homenaje a los obreros muertos en el fatídico día. Pero, esta historia macabra, porque no tiene otro nombre, es más retorcida. Como hay elecciones en Andalucía, y el PP tiene posibilidades de dar un vuelco histórico, desbancando a los socialistas de dicha comunidad por primera vez en la historia, los sindicatos tienen que aportar su granito de arena. Algunos pensarán que hay tiempo, pues las elecciones son el 25 de marzo pero, el fin de semana antes, hay puente en Madrid porque el lunes es San José, el día del padre, y tienen miedo de que no vaya mucha gente.
Resumiendo, esta escoria sindical es capaz de pisotear la memoria de los muertos de un atentado terrorista, de aprovecharse de este día tan triste para todos, con el único fin de hacer política. A estos les importan un rábano las víctimas y su honor. Con defender sus privilegios cuando gobierna el PSOE tienen bastante, aunque tengan que guardar la poca dignidad que les queda. Si se piensan ganar la aceptación ciudadana llenando las calles el 11M lo llevan claro. Algunos, independientemente de ideologías, ese día solo queremos respeto y recordar a unos héroes que murieron por la libertad, y no utilizar sus cenizas con fines partidistas. Espero que les pase factura y a todos los que les apoyen este día, porque no veremos cosas tan vergonzosas como este despropósito sindical.
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