El año 2011 será recordado por la muerte de grandes -y agrandados- tiranos. En los últimos doce meses, Gadafi, Bin Laden y alguno más han pasado a engrosar la lista de los que dejaron de fumar definitivamente. De todos ellos, el más estrafalario y, probablemente, el más malévolo y canalla, fue el norcoreano: Kim Jong-il.
Una apesadumbrada locutora anuncia
la muerte del dictador
Según la propaganda oficial, el Querido líder nació, tras el augurio mágico de un doble arco iris, el 16 de febrero de 1942, en una cabaña del idílico monte sagrado Paektu. Los meticulosos archivos de la KGB soviética discrepan, y fechan la venida al mundo de Kim Jong-il un año antes, en la aldea siberiana de Vyatskoye (entonces URSS, hoy Rusia), donde su padre había huido cobardemente de la invasión japonesa de Corea.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, su padre fundó la que sería la única dictadura comunista hereditaria del planeta, la de Corea del Norte, que gobernó con mano de hierro hasta su muerte en 1994. Ese año le sucedió Kim Jong-il, quién había pasado los últimos cincuenta años labrándose su reputación en el Partido de los Trabajadores. A partir de aquí, se inició una nueva y aún más brutal etapa en el país asiático, que concluyó el pasado 17 de diciembre con su fallecimiento, provocado, según la televisión oficial, "por el enorme esfuerzo físico y mental producido al montar en un tren"
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| Necrológica de Kim Jong-il en ESPN |
De entre las extravagancias del Querido líder pasarán a la historia su desmesurado gasto en coñac -según la CNN despilfarraba 700.000 dólares al año en botellas de Hennessy- o su impresionante colección de películas, que agrupaba más de 20.000 títulos, y donde tenían un lugar especial las películas de James Bond. También será recordado por su impresionante -y altamente creíble- récord golfístico: 34 golpes, 38 bajo par. Es decir, 24 golpes menos que el resultado más bajo jamás realizado en un campo de golf, lo que le convierte en el mejor golfista de la Historia, como destacó en su necrológica la cadena de televisión deportiva ESPN. Y eso que solo jugó al deporte de "Tiger" Woods una vez, muy poco antes de subir al poder.
Por todos estos méritos, no es de extrañar que su muerte haya sido contestada con pésames y muestras de cariño procedentes de todo el mundo. Destaca la de las Juventudes Comunistas de Sevilla, quienes recuerdan "la titánica labor" de Kim Jong-il, "pues titánicas fueron sus adversidades". Queda dicho.
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| Kim Jong-il |
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