2013-01-14

Piqué y el traje del emperador



Y se hizo la luz. Alabados sean todos los que, de la noche a la mañana, han recobrado el sentido común, la ética y la sensatez. De pronto, muchos se han dado cuenta de que el emperador iba desnudo, pese a que la plebe y los aduladores de alcoba (más peligrosos éstos que los primeros, pues aún conociendo la verdad, la mantuvieron cautiva con exasperante servilismo) le hicieron creer durante demasiado tiempo que sus ropajes eran merecedores de las más enriquecidas alabanzas. Nada más lejos de la realidad.  Tempus fugit. De pronto...
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