
Suelen ser tensos los Levante-Real Madrid (no tanto al revés, pues la furia granota se difumina bastante lejos de su hinchada al estilo de los equipos escoceses) y el de ayer no podía ser una excepción, ampliada además, si cabe, por efecto del agua. Llovió insistentemente antes del inicio del encuentro y eso nos privó de ver lo que podría haber sido un gran espectáculo futbolístico. Podría haberse suspendido, pero faltan fechas para disputar el encuentro. ¿Porqué? Por la Copa del Rey a doble partido, demasiados partidos...