2012-09-13

Los descreídos



No. No se trata de una película recién cocinada del fructífero horno hollywoodiense, al estilo Los Mercenarios 2, la cual recomiendo encarecidamente. Se trata de las críticas desmedidas al juego de la Selección Española en su primer partido de clasificación para el Mundial 2014, en Brasil nada menos, ante Georgia.
Conviene recordar ante todo que el combinado que dirige con brillantez Vicente Del Bosque se llevó los tres puntos del país caucásico (0-1, gol de Soldado). Pero más allá de las matemáticas, vayamos a lo que importa. Al asunto del difunto, como diría aquel. Al juego de la Roja.
Pedrito durante un lance del encuentro 
Lo primero hay que hacer es partir de una base. Increíble a los ojos del mundo, pero una triste realidad en este país de 45 millones de seleccionadores: hay a quien no le gusta el juego de la Selección Española. No, en serio. Dicen que les resulta aburrido. Y lo dicen convencidos de lo que están diciendo, de manera, que no es ningún vacile. 
Es cierto que es una minoría (entre el 5-10% si quieren) pero se aburren. Y vivimos en el mundo de las comunicaciones y las redes sociales. Y nos guste o no los descreídos de este estilo suelen dominarlas como nadie. Sólo así se entienden las críticas al juego de España (también las hubo en la Eurocopa, no se crean que fue cosa del encuentro ante Georgia) y ante Del Bosque. ¿No lo entienden verdad? Yo tampoco.

La piña española tras el gol de Soldado
Los descreídos no parecen acordarse o sencillamente no quieren hacerlo, que no hace tanto España caía en las fases de grupos de los mundiales (Mundial de Francia 98 ante las todopoderosas Nigeria, Francia y Bulgaria fuimos terceros) o en su defecto en octavos o cuartos de final en lo que era el techo futbolístico de este país hasta que encontramos nuestro estilo. Triste techo, si. Pero carecíamos de identidad. No sabíamos que queríamos ser. La Furia nos llamábamos en un intento de imponer respeto. Y de furia nada. No éramos ni un mal berrinche.
Antes en los sorteos de los mundiales cuando a las Italia, Alemania, Francia, Holanda de turno les tocaban en octavos o cuartos los españoles la reflexión era: "¿España?Ya hemos pasado otra ronda". De respeto, nada monada. Ahora estas mismas potencias futbolísticas dudan si presentarse al partido para no ser humilladas. Juegan, por supuesto, porque así lo exige la competición, pero si pudieran cogerían el avión a casa antes de enfrentarse a la Roja.
El 11 inicial ante Georgia

Desde hace 5 años sólo nos importa una cosa: el balón. Lo más importante en el fútbol. La herramienta de trabajo de los futbolistas. Nos importa tratarlo bien, cuidarlo y mimarlo. Por eso siempre vuelve con nosotros: porque con nosotros se siente como en casa. No, No es un anuncio para apuntarse a Canal +. Pasamos de ser los retrasados de la clase a ser el alumno más brillante del instituto. Ganamos dos Eurocopas y un Mundial de manera consecutiva jugando bien al fútbol, tocando la pelota, con apoyos constantes al poseedor del balón dando espectáculo para que millones y millones de personas del mundo se hicieran partícipes de este equipo. No es una selección. Es un equipo y hay quien quiso destruirlo y se ha tenido que dar por vencido. Pero siempre con nuestra filosofía: teniendo el balón, sin egoísmos, haciendo partícipes a todos los miembros del equipo de este triunfo. Nadie sobresale por encima de nadie. Todos son importantes. Por eso nunca un español ganó el balón de oro. Porque no nos interesa. El balón de oro se entrega a un futbolista. No a 11 o a 23. Ahora a la gran mayoría sólo nos importa una cosa de la selección: el fútbol.


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