El “Caso Marta del Castillo” y, ¿la justicia?

Hoy, 13 de enero, tenía pensado escribir un artículo especial. Desenfadado, divertido, sin crítica, firmando una corta tregua con la izquierda española. Y todo porque es mi cumpleaños. Es más, había empezado unas líneas describiendo un episodio que me pasó el otro día cuando, al terminar de ducharme, me miré al espejo y me relucía una gran y blanca cana. Ya tenía el argumento estructurado. Pero no puedo escribir hoy sin dejar de pensar en Marta del Castillo. Asique dejaré mi auto artículo para el próximo aniversario.

No hace falta que cuente la historia del “Caso Marta del Castillo”. De quienes fueron los verdugos que asesinaron y violaron a la joven sevillana. No hace falta especificar qué papel ha jugado Miguel Carcaño, Samuel Benítez o Francisco Javier Delgado. No hace falta recordar cómo estos hijos de puta, si, cada cual merece ser nombrado como lo que es, se han burlado de la ¿justicia? y de los jueces. No hace falta decir la angustia que han pasado los familiares de Marta al ver como la guardia civil y la policía no encontraban el cuerpo muerto de su hija.

Pero si que hace falta decir unas cuantas cosas. La primera, volver a llamar otra vez, y las veces que hagan falta, hijos de puta a los asesino de Marta del Castillo. A todas aquellas personas que han participado activamente defendiendo a esta calaña. A todos los medios de comunicación que han pagado a sujetos para lavar la cara de estos asesinos, como el programa La Noria a la madre del Cuco. Y la segunda cosa, poner en entredicho la ¿justicia? y la democracia de este gran país, España. Ya no caben las excusas baratas o el eterno debate entre la izquierda y la derecha que siempre termina igual con el Y TÚ MÁS.

Mientras una familia llora, ya no por el asesinato de un ser querido, sino porque no se ha hecho ¿justicia?, el PSOE, es decir, la oposición y el PP, el que gobierna, se dedican a perder el tiempo con vídeos idiotas y malos. Yo, sinceramente, no he votado a Rajoy para que se esconda entre papeles en su gran despacho de la calle Génova. No se puede seguir malgastando el tiempo. Zapatero podía hacer todas estas gilipoyeces dañinas e ideológicas de montajes y acusaciones porque había recibido una gran herencia y su intelecto no le permitía nada más, salvo recordar la memoria de su abuelo en la Guerra Civil. Pero Rajoy debe de gobernar. Y para ello, implantar ¿justicia? en este país, porque no la hay. Como no hay educación. Como no hay un sistema financiero. Como no hay un sistema económico. Como no hay un sistema productivo. Como no hay una clase política a la altura de las circunstancias. Como no hay un buen reparto territorial. Como no hay democracia. Como no hay nada, salvo injusticias.

Durante este tiempo me he mantenido esperanzador. Siempre he defendido que es malo generalizar. Que no todos los políticos roban, o son unos insurrectos. Pero la paciencia tiene un límite, y el “Caso Marta del Castillo” puede ser uno de ellos. Hoy, 13 de enero de 2012, que Miguel Carcaño solo sea condenado a 20 años de presión por el asesinato de Marta, pero absuelto de su violación, junto con Samuel Benítez y el Cuco, es un fiel reflejo de lo descrito. Sólo espero que en la otra vida la Justicia Divina haga bien su trabajo, haciendo pagar a estos desgraciados por todos los delitos que en esta maldita vida terrenal están ejecutando. Y a la familia de Marta del Castillo, solo darles ánimo y todo mi calor desprendido de estas letras escritas con rabia por la ¿justicia? que hay en España, pero con todo mi amor hacía Marta.  

* La palabra Justicia la pongo en minúscula y entre interrogaciones porque, sinceramente, no creo que en España se le pueda llamar como tal.